ESTUDIO DE MUSICA Y ARTES DE BOLIVAR Y MESONES (EMAR)

lunes, 28 de julio de 2014

ROSE ROOM (1939) by the Benny Goodman Sextet featuring Charlie Christian...







Aunque desconocido para muchos, Charlie Christian es una de las figuras clave en la historia de la guitarra y, por extensión, de la música contemporánea. Fue fundamental en la transformación de la guitarra ya que fue una figura clave para que la guitarra dejase de ser un instrumento básicamente rítmico y empezase a situarse en un primer plano como instrumento solista. Curiosamente, los referentes de Charlie Christian no venían de otros guitarristas de la tradición bluesera como Lonnie Johnson que también desarrolló un estilo solista complejo. Aunque escuchaba las grabaciones de Django Reinhardt, Charlie quería que su guitarra sonase como un saxo tenor y sus referencias, por tanto, eran Lester Young y Herschel Evans, ambos compañeros y amigos en la orquesta de Count Basie. Había por supuesto otros grandes guitarristas como Eldon Shamblin, pionero del swing tejano y también miembro de big bands pero en el terreno del jazz, la estela de Charlie Christian es la que más perdura. Su estilo marcó a posteriores guitarristas de jazz como Wes Montgomery, Herb Ellis o Kenny Burrell a quienes proporcionó un buen número de frases que poder asimilar aunque su influencia no se limitó a los guitarristas sino que genios como Charlie Parker y Miles Davis reconocieron la influencia de Charlie Christian.
Charlie comenzó a ser reconocido en el circuito del jazz cuando entró en la orquesta de Benny Goodman en agosto de 1939. Les presentó el cazatalentos John Hammond, uno de los grandes descubridores de la historia, y según cuenta la historia Goodman tenía dudas sobre la incorporación de la guitarra eléctrica. Ya había tenido en su formación a otros guitarristas como Floyd Smith y Leonard Ware pero la capacidad de Charlie Christian iba a dejarle finalmente sorprendido. El encuentro de Charlie con Benny Goodman en el estudio no fue demasiado bien tal como recordó Charlie en un reportaje en 1940 para la revista Magazine: “Supongo que a ninguno de nosotros nos gustó lo que toqué.” Sin embargo, Hammond decidió insistir y, sin consultar a Goodman, invitó a Charlie al show en el restaurante Victor Hugo de Los Angeles. Ante la sorpresa, Benny Goodman escogió la canción Rose Room esperando, sin éxito, ponérselo difícil a Charlie. En una entrevista a Clarence Christian -hermano de Charlie- en el año 78, este recordaba que él y su otro hermano Edward habían enseñado a Christian a improvisar sobre tres canciones: Tea for TwoSweet Georgia Brown y Rose Room. Aunque no existe ninguna grabación, se dice que Charlie encadenó solo tras solo contribuyendo decisivamente a que aquella interpretación de Rose Room durase 45 minutos.
De esta manera se cuenta que entró Charlie Christian en la orquesta de Benny Goodman donde brillaría por primera vez un guitarrista. Pero Christian, como muchos músicos de big band, acudía las célebres jams en el Minton’s Playhouse de Harlem después de las actuaciones. En ese escenario fue donde Charlie se convirtió también en uno de los precursores del incipiente be-bop que marcaría los 40 en manos principalmente de Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Alejado del ambiente institucionalizado del swing, los músicos en las jams daban rienda suelta a su imaginación probando nuevas cosas y experimentando para, en definitiva, terminar transformando el lenguaje del jazz.


Aquel estilo de vida que Charlie combinaba con una mala alimentación hizo que una tubercolisis contraída durante su infancia terminaría finalmente con la vida de Charlie Christian en 1942 cuando solamente tenía 25 años y tras una breve carrera musical de apenas dos años. Se trata de uno de los primeros casos de muertes prematuras que han marcado la historia de la música contemporánea aunque especialmente trágico por su juventud y, como siempre, por poner freno a una carrera que no sabemos hasta donde podía llegar.  Desde entonces, los guitarristas -desde T-Bone Walker a Chuck Berry- se han encargado de mantener viva la música de Charlie Christian. El propio Wes Montgomery lo reconocía en el 65: “No sé si eran sus líneas melódicas, su sonoridad o su forma de tocar, pero nunca había oído nada similar. Sonaba tan bien y tan sencillo que me compré una guitarra y un amplificador y ¡no pude hacer otra cosa!”

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